Introducción
Diez años después de la publicación del libro Traumatología de la mano la situación de la medicina en la Republica de Colombia muestra un panorama absolutamente diferente del que tenia entonces y desafortunadamente el resultado no es bueno para el ejercicio de la profesion.
La introuccion de la economia de mercado en la salud se acompañó de la entrada a las filas de la profesion de una alto volumen de medicos que no tienen la calidad suficiente para que les sea confiada la salud de la población; eran necesarios para que la oferta de sus servicios pudiera rebajarse a un nivel que la cenicienta de las necesidades publicas hasta ese momento en el país, se transformará en el negocio más productivo para los intermediarios.
Se desestímulo de esa manera el entrenamiento especializado de todas las ramas de la medicina, y no fue ajena a ese fenómeno la traumatología.
La atención medica se redujo a cifras que solamente en la actualidad están mostrando descarnadamente el descenso de la calidad. Hoy, 13 años después después de promulgada la ley 100, se percatan el gobierno y los autores de la ley que de que para nadie se tuvo en cuenta en la misma la educación medica.
Los actores de esta educación medica, es decir profesores y estudiantes fuimos desarraigados del espiritu de nuestras instituciones que de la noche a la mañana fueron transformadas en estableciemientos mercantiles y los pacientes ahora usuarios o clientes, en mercancía que habia que adquirir al menor precio posible, es decir productividad.
Este cambio en las relaciones entre los medicos, los pacientes y los estudiantes de medicina produjo un efecto nefasto: los medicos estamos obligados a facturar, los pacientes se saben objeto de esa facturación y extrañan el trato humano y caritativo pero no lo propician con su actitud defensiva, y los estudiantes vieron desaparecer simultáneamente sus libros, sus aulas que eran los hospitales universitarios y la actitud docente de sus profesores.
Solamente el espiritu de esos seres humanos deseosos de aprender ha podido mantener la llama de la profesion, casi se hace ya necesaria la creación de una alianza que proteja el legado de la docencia medica de los intereses de politicos y comerciantes. La sociedad ya está empezando a pagar la deuda que contrajo con sus medicos.
Este libro es nuestra unica forma de agradecer, a esos estudiantes y residentes que lo han hecho posible, es tambien la forma de agradecer a nuestros enfermos, si con su contenido son mejor tratados.
Como editor, quiero agradecer a os coautores su esfuerzo y su paciencia y me complazco de mi buen jucio al escogerlos, gracias a ellos este libro llenó los vacios de que adolecía el primero, y creo que verdaderamente da un buen panorama del estado del arte en el tratamiento de la trumatologia del miembro superior.
Bien haya el esfuerzo invertido en un trabajo por lo demás agradable de aprender, sintetizar y expresar, si con el mismo se ayuda al medico a proteger, curar y rehabilitar la herramienta primera del hombre, sus manos.