La geriatría es la medicina que cubre los huecos —separaciones tales como las que se observan entre la cirugía y el trabajo social, y entre la psiquiatría y la traumatología. Es la medicina de la distancia que existe entre lo que los doctores necesitan conocer para su trabajo diario y lo que se les enseña cuando son estudiantes de medicina. Los programas de estudios de medicina están aún estructurados sobre enfermedades y tecnologías, más que sobre personas con enfermedades y personas que necesitan tecnologías. La mayoría de estas personas son ancianas.
Incluso más importante, la geriatría tiene que superar las brechas en la «medicina basada en la evidencia». Esto es debido solo en parte a que los pacientes ancianos, y especialmente los pacientes ancianos frágiles, son excluidos de los estudios clínicos; hay también una brecha filosófica. Comenzamos la vida con diferentes niveles de salud y función, y envejecemos a distintas velocidades. Las personas mayores llegan a diferir entre sí más que los jóvenes; la lógica demanda que sean tratados como individuos, no como miembros de los grupos homogéneos que son asumidos en la lógica de la evidencia obtenida con los ensayos clínicos convencionales.